Después de 43 años pilotando aviones militares y comerciales, la capitana Theresa Claiborne se prepara para aterrizar por última vez en el Aeropuerto Internacional Newark Liberty en Nueva Jersey. Acompañada de amigos y familiares en un vuelo desde Lisboa, Portugal, Claiborne se despide de una carrera llena de logros y desafíos superados.
Claiborne, quien se convirtió en la primera mujer negra en volar en la Fuerza Aérea de EE.UU. y la primera en operar el KC-135, un avión de reabastecimiento de combustible en el aire, ha dejado una huella imborrable en la industria a lo largo de los años. Su compromiso con la diversidad y la mentoría de jóvenes pilotos ha sido fundamental para fomentar la presencia de mujeres negras en la aviación.
Con lágrimas en los ojos al pensar en el impacto que ha tenido en futuras generaciones, Claiborne se despide de su rol como capitana de United Airlines, pero no descarta la posibilidad de seguir volando en el futuro. Su legado como pionera en la aviación perdurará mucho más allá de su último vuelo.