Donald Dorff se encontraba en una situación peculiar en 1982, cuando fue diagnosticado con un extraño trastorno del sueño llamado RBD, que le permitía actuar sus sueños violentos en la realidad. Esto lo llevó a ser el primer caso registrado con este trastorno y a ser el centro de atención en un perfil de revista.
Su peculiar historia no solo sirvió para llamar la atención de la comunidad médica, sino que también abrió la puerta a importantes descubrimientos sobre la conexión entre el RBD, el Parkinson y la demencia con cuerpos de Lewy, que marcaron un antes y un después en la comprensión de estos trastornos neurodegenerativos.
Gracias al caso de Dorff, se ha podido avanzar en el diagnóstico temprano y en el tratamiento de estas enfermedades, brindando una esperanza para aquellos que puedan presentar síntomas similares en el futuro.