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Donald Trump es inmune a la persecución judicial por actos oficiales como presidente, pero puede ser juzgado por conductas privadas. Así lo determinó una Corte Suprema dividida el lunes.
La decisión establece una nueva y amplia definición del poder de la Casa Blanca que podría perdurar por generaciones. Este fallo importante ampliará la demora en el caso contra Trump por interferencia electoral en Washington D.C.
La sentencia, que ha generado amplios debates, resalta las diferencias en la interpretación de los límites del poder ejecutivo y cómo estos pueden afectar futuros procedimientos legales contra ex mandatarios.