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Se han encendido las alertas debido al interés de Codelco por adquirir el 10% de participación que Enami posee en la minera Quebrada Blanca 2. Esta posible compra ha generado preocupación entre expertos, parlamentarios y empresas privadas, quienes observan la operación con cautela.
La resistencia a esta adquisición radica en la importancia de Quebrada Blanca para Enami. Aunque solo detenta el 10% del yacimiento de cobre situado en la Región de Tarapacá, este no es diluible, y representa el mayor activo de Enami, la cual atraviesa una crítica situación financiera. Este porcentaje también le otorga a la estatal el derecho a recibir un dividendo preferente. Actualmente, Enami comparte la explotación del yacimiento con Teck, que posee el 60%, y Sumitomo Metal Mining Co., Ltd. y Sumitomo Corporation, con un 30% conjunto.
En medio de un complejo escenario financiero, Enami registró pérdidas por $200 millones en 2023, lo que supone un incremento del 157% respecto al año anterior. Estas dificultades han llevado a considerar la oferta de Codelco por alrededor de $500 millones. Sin embargo, oficialidades de ambas compañías se han reservado comentarios adicionales, citando cláusulas de confidencialidad.
El potencial acuerdo ha suscitado controversia en el ámbito político y empresarial. Algunas figuras, como el senador Rafael Prohens y la diputada Yovana Ahumada, junto a la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), han abogado por realizar una licitación pública en lugar de una venta directa a Codelco. De igual manera, han señalado posibles perjuicios para la pequeña y mediana minería en caso de proceder con la venta.