Fuente de la imagen: latercera.com
En el aeropuerto de Pudahuel, Francisca Crovetto (34 años), quien ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París, intenta mantener un bajo perfil. Un mes después de su triunfo, su vida ha cambiado drásticamente. Próxima a embarcarse en un vuelo hacia Antofagasta, se encuentra en la sala de embarque con un jockey y la mirada baja. Aunque logra pasar desapercibida al principio, el piloto del avión la reconoce y anuncia a los pasajeros la presencia de la campeona olímpica, lo que provoca una ovación.
Al aterrizar en Antofagasta, Crovetto se dirige al Liceo Industrial A 16 – Eulogio Gordo Moneo, donde la esperan más de dos mil alumnos para escuchar su charla ‘Mi Camino Olímpico’, organizada por SQM Litio. Aunque el afecto en exceso puede resultar incómodo, la atleta dice estar agradecida. “Todos son muy cariñosos, de verdad, estoy súper agradecida del amor que me dan”, comenta.
En su presentación, Crovetto hace un recorrido por su carrera y comparte anécdotas inspiradoras. Además, subraya la importancia de no rendirse ante las adversidades. Al finalizar la charla, debe nuevamente enfrentar a una multitud de estudiantes ansiosos por tomarse una foto o pedir un autógrafo. Pese al agotamiento, afirma sentirse contenta y conmovida por el cariño recibido.
Tras cumplir con sus compromisos en Antofagasta, Crovetto reflexiona sobre su éxito y los desafíos futuros. “Hay que empezar ahora a trazar la ruta de Los Ángeles 2028,” dice, antes de mencionar que además está considerando formar una familia. Aunque cansada, Crovetto se muestra optimista y decidida a seguir adelante con su carrera deportiva y sus planes personales.