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Funcionarios han revelado que Israel llevó a cabo un seguimiento exhaustivo de Hassan Nasrallah durante un período prolongado antes de su asesinato. Este extenso proceso de vigilancia incluyó una serie de recursos y estrategias sofisticadas para rastrear los movimientos y actividades del líder.
El monitoreo constante de Nasrallah por parte de las fuerzas israelíes reflejó una planificación cuidadosa y una preparación meticulosa, que finalmente condujo a la ejecución de la operación. Fuentes internas comentaron que la recopilación de información fue crucial para el desarrollo de la misión.
Además, este seguimiento minucioso resalta la capacidad operativa y el compromiso de Israel en su estrategía de seguridad, marcando un importante hito en sus esfuerzos contra figuras prominentes que consideran una amenaza. Las implicaciones de este suceso aún se están evaluando en distintos círculos internacionales.