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El domingo, Israel lanzó una serie de ataques aéreos en sitios ubicados en Líbano y Yemen, en un intento por golpear a una numerosa cantidad de oficiales de Hezbolá y a infraestructuras de los hutíes, en medio de una creciente tensión en una región en guerra.
Líbano se encontraba conmocionado por la muerte de Hasan Nasrallah, el líder de Hezbolá desde hace mucho tiempo, quien falleció el viernes en un ataque israelí.
El aumento de los bombardeos israelíes ha generado temores sobre una potencial escalada del conflicto, con implicaciones que podrían afectar a toda la región.
Mientras tanto, la comunidad internacional sigue de cerca los eventos en un intento por evaluar el impacto de estas acciones en la estabilidad del Medio Oriente.