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El jueves por la noche, los estibadores en huelga acordaron regresar a sus puestos de trabajo tras alcanzar un acuerdo preliminar con los operadores portuarios. Este pacto contempla un aumento salarial del 62% y extiende el contrato vigente hasta el 15 de enero, permitiendo más tiempo para negociar sobre temas pendientes.
El acuerdo, logrado en el tercer día de la huelga, evitará que la economía estadounidense sufra las peores consecuencias que el paro laboral podría haber provocado. Esta resolución también retira de escena un complicado asunto para la administración de Biden, a menos de cinco semanas de la elección presidencial, donde la gestión económica de la Casa Blanca es un tema clave.
La rápida resolución del conflicto beneficia tanto al sector portuario como a la economía general, al tiempo que desactiva potenciales repercusiones políticas para el gobierno actual en un periodo crítico de cara a los comicios.