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En la madrugada del martes, Donald Trump utilizó las redes sociales para alardear sobre unos exámenes cognitivos que nunca compartió públicamente y su nivel de colesterol. Además, hizo una insinuación engañosa al calificar las alergias de la vicepresidenta Kamala Harris como una “situación peligrosa”.
A lo largo del día, Trump divagó en una entrevista en la que evitó responder directamente si permitiría un traspaso pacífico del poder tras las elecciones, y más tarde expresó su malestar porque Fox News incluyó a un asistente de Harris en su programa.
La noche previa, el expresidente había organizado una inusual asamblea pública donde, según él, todo fue “increíble”. El evento comenzó con elaboradas respuestas a preguntas amigables y concluyó con Trump balanceándose y moviéndose al ritmo de la música durante 39 minutos.