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En una reciente declaración, los bancos han puesto de manifiesto que el sector crediticio atraviesa un periodo de contracción sin precedentes en los últimos 30 años. Esta situación impacta directamente en la capacidad de las empresas y particulares para acceder a financiamiento.
La fase contractiva se caracteriza por una reducción drástica en la oferta de créditos, afectando tanto a la economía global como a los mercados locales. Analistas financieros señalan que esta tendencia podría prolongarse si las condiciones económicas no mejoran significativamente.
Se espera que los bancos implementen nuevas estrategias para mitigar los efectos de esta contracción del crédito, mientras que las autoridades financieras evalúan medidas para estimular el crecimiento económico y revertir esta tendencia. La situación continúa siendo observada de cerca por expertos y partes interesadas en el sector financiero.