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En un notable giro del destino, Sony ha alcanzado un valor en bolsa que no se veía desde los tiempos en que Bill Clinton era presidente de EE.UU. y la PlayStation 2 estaba a punto de abrirse camino en las tiendas estadounidenses. A lo largo de sus 78 años de historia, esta icónica empresa japonesa, creadora del Walkman y la PlayStation, enfrentó difíciles dos décadas perdiendo parte del mercado durante la revolución de los teléfonos móviles. Sin embargo, con la transición hacia el streaming, Sony está reinventándose hacia la creación de contenidos y entretenimiento.
Esta nueva estrategia ha revitalizado a la empresa, elevando el valor de sus acciones en Japón a máximos históricos desde marzo del año 2000. Según Damian Thong, analista de Macquarie, la confianza en la capacidad de Sony para expandir su oferta de juegos y adentrarse en el entretenimiento aumenta. De ser conocida como una empresa de hardware electrónica, Sony ahora destaca por la creación de ganancias a partir de su influencia en el sector del entretenimiento, incluyendo juegos, música, cine y televisión.
A lo largo de los años recientes, Sony ha diversificado sus adquisiciones, como la compra de Crunchyroll en 2021 y de la desarrolladora de videojuegos Bungie en 2022. La firma también ha generado sinergias dentro de sus subsidiarias, como se vio con el exitoso “The Last of Us”, un show televisivo adaptado de un videojuego que cosechó múltiples premios Emmy. En 2025, se prevé que Sony desvincule sus divisiones de banca y seguros, reafirmando su enfoque en el entretenimiento, un sector que ya representa el 60% de sus ingresos anuales. A pesar de algunos contratiempos, la compañía se ha consolidado en el sector del entretenimiento en comparación con su otrora dominio en la electrónica de consumo masivo.