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Sífilis y Cristóbal Colón tienen más en común de lo que se podría imaginar. Ambos marcaron un hito al llegar a nuevos continentes y colonizar a los habitantes locales a finales del siglo XV: mientras Colón alcanzó las Américas indígenas, la sífilis llegó a Europa. Al igual que Colón, la enfermedad viró su mirada hacia Asia.

La sífilis apareció por primera vez en Europa en 1494 en un campamento militar francés, un año después de que Colón regresara de su viaje a América. La enfermedad provocaba llagas en los genitales, recto o boca de los soldados y sus parejas, y se diseminó rápidamente por Europa, India, China y Japón en unos pocos años. La transmisión sexual, aunque no era la única ruta de contagio, resultó ser notablemente efectiva. La “hipótesis colombina” sostiene que la sífilis fue traída a Europa por marineros que regresaban de América.

Un estudio publicado el 18 de diciembre de 2024 en la revista Nature apoya esta hipótesis. La antropóloga Kirsten Bos, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, realizó un análisis genético de cinco esqueletos encontrados en Sudamérica y concluyó que un precursor de la bacteria causante de la sífilis circulaba en las Américas hace 8,000 años. Bos y su equipo encontraron evidencias de que T. pallidum, la bacteria moderna causante de sífilis, podría haber evolucionado a partir de este precursor, relacionándola temporalmente con la llegada de Colón.

Sin embargo, el estudio no proporciona una prueba concluyente de que la sífilis llegó a Europa desde América. Otros estudios sugieren que las enfermedades treponémicas podrían haber sido endémicas en el norte de Europa durante la misma época de los viajes de Colón. La búsqueda del origen exacto de la sífilis sigue siendo un desafío, complicando más la historia por la confusión entre la sífilis y la gonorrea en registros históricos hasta hace unos 200 años.