Fuente de la imagen: latercera.com
Actualmente, el respaldo en el Senado para la reforma de pensiones se mantiene firme. Sin embargo, en la Cámara el escenario es más incierto, ya que el pacto entre el gobierno y los senadores de Chile Vamos deberá superar un desafío interno dentro del propio oficialismo, además de algunos desencuentros en la UDI y RN. La reforma enfrenta riesgos significativos en esta fase, ya que el Ejecutivo necesita asegurar 77 votos en cada votación de la Cámara para que la medida se convierta en ley.
El debate se complica con un creciente desacuerdo entre diputados del Socialismo Democrático y el Frente Amplio, que buscan restablecer una división en la estructura de la industria de las AFP, proponiendo una separación entre sociedades inversoras y administradoras, punto que había sido inicialmente aceptado por la Cámara, pero eliminado en las últimas negociaciones con la derecha.
El Frente Amplio tiene la intención de rechazar las modificaciones en el Senado para forzar una discusión en una comisión mixta, lo que podría retrasar aún más la aprobación, complicado la meta del Ejecutivo de promulgar la ley antes del receso legislativo. Además, este movimiento incrementa las tensiones dentro del oficialismo, generando disidencias también entre independientes y otros partidos aliados.
A pesar del avance inicial en el Senado, la discusión fiscal y técnica aún despierta cautela, y las disidencias tanto en la derecha como en el oficialismo sugieren complejidades adicionales antes de la votación en la Cámara, prevista para después que el Senado envíe la reforma probablemente el próximo sábado.