Las pistas que surgen de los momentos previos a la colisión mortal del miércoles por la noche entre un helicóptero del Ejército y un avión de pasajeros de American Airlines sugieren que múltiples capas del aparato de seguridad de la aviación del país fallaron, según grabaciones de vuelo, un informe interno preliminar de la Administración Federal de Aviación, entrevistas con controladores de tráfico actuales y anteriores, y otras personas informadas sobre el asunto.
El helicóptero voló fuera de su ruta de vuelo aprobada. Es muy probable que los pilotos de American Airlines no vieran el helicóptero cerca mientras giraban hacia la pista de aterrizaje. Y el controlador de tráfico aéreo, que estaba realizando dos trabajos al mismo tiempo, no pudo mantener separados al helicóptero y al avión.
Un portavoz de la F.A.A. dijo que la agencia no podía hacer comentarios sobre la investigación en curso, que está siendo liderada por la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte. Los investigadores del accidente pasarán los próximos meses revisando datos de vuelo, grabaciones de las cabinas, patrones meteorológicos, así como entrevistando a controladores y otros involucrados para tratar de averiguar qué salió mal. Pero la catástrofe ya parecía confirmar lo que pilotos, controladores de tráfico aéreo y expertos en seguridad habían estado advirtiendo durante años: Los crecientes agujeros en el sistema de aviación podrían llevar al tipo de accidente que dejó 67 personas muertas en el río Potomac en Washington.