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La situación de los contenedores de cerezas de origen chileno que enfrentan potenciales sanciones en China ha alcanzado un punto crítico, superando la centena. Este problema ha encendido las alarmas de los exportadores, quienes están a la espera de una resolución que evite la pérdida total de su mercancía.

Ante este escenario, una importante naviera ha comenzado a establecer los primeros canales de comunicación con los exportadores afectados, con la intención de abordar la problemática y explorar posibles soluciones que aminoren el impacto económico de la situación.

Las tensiones comerciales han puesto presión sobre los productores y exportadores, quienes se enfrentan no solo a la incertidumbre del proceso, sino también a las posibles repercusiones que puedan dificultar las futuras exportaciones hacia uno de sus principales mercados.