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Jorge Salkeld, vicepresidente de la empresa Octagon, propietaria del Chile Open, recorre las instalaciones del ATP 250 en Santiago, mostrando satisfacción por el desarrollo del evento, a pesar de los desafíos, entre ellos un reciente apagón en el país que afectó mínimamente el torneo. El extenista peruano destaca el crecimiento año tras año y las mejoras implementadas, como la remodelación de zonas públicas y canchas de práctica, que han sido bien recibidas tanto por el público como por los jugadores.

Económicamente, Salkeld asegura que el Chile Open goza de buena salud, con patrocinadores satisfechos y todos los paquetes de venta agotados con antelación. Sin embargo, reconoce la dificultad de competir con dos ATP 500 celebrados simultáneamente. Aunque el torneo ha logrado ubicarse en un momento estratégico del año para el mercado de Santiago, sigue enfrentando complejidades a nivel competitivo. Salkeld aboga por un cambio hacia canchas duras, un movimiento respaldado por muchos jugadores que buscan prepararse en estas condiciones.

El cambio no es inminente, pero la discusión está en curso, mientras el torneo mantiene su estabilidad en la programación ATP. Aunque no hay planes para ascender a categoría ATP 500, Salkeld afirma que la continuidad del Chile Open está asegurada a largo plazo. El enfoque sigue en atraer nuevos talentos cada año y seguir siendo una opción atractiva para los jugadores que quieren disfrutar de una experiencia acogedora. La organización ha ajustado horarios y eventos para garantizar que el público disfrute de manera óptima, diferenciándose de la atmósfera más festiva de otros torneos como el de Acapulco.