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La espera de siete años ha llegado a su fin para Universidad de Chile, que volvió a participar en la Copa Libertadores con un triunfo 1-0 sobre el campeón Botafogo, en un Estadio Nacional repleto de seguidores azules. Este resultado es una reivindicación importante para el equipo chileno, que no había participado en la fase grupal del torneo de clubes más importante del continente desde hace mucho tiempo.
El desafío que presentó este encuentro fue considerable, especialmente dado que Botafogo llegaba con el título vigente aunque con una plantilla transformada. A pesar de las dificultades presentadas durante el Campeonato Nacional, donde la U había tenido algunos tropiezos, se enfrentó al equipo brasileño con una estrategia diferente, prestando especial atención a la defensa y adaptando su juego a lo necesario para pelear contra un importante contendiente.
Durante el primer tiempo, el control del juego parecía estar en manos de Botafogo, pero sin poder concretizar. Fue en el segundo tiempo cuando los ajustes del técnico Gustavo Álvarez surtieron efecto, permitiendo a Lucas Di Yorio convertir el gol de la victoria en el minuto 59, canalizando el esfuerzo colectivo en defensa y aprovechando la oportunidad del contragolpe. Con este resultado, Universidad de Chile demuestra su capacidad para competir en el escenario internacional y anticipa un próximo desafío exigente ante Estudiantes en Argentina.
