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(CNN) — En lo más profundo de la Tierra, una esfera de metal sólido gira de manera autónoma en comparación con nuestro planeta, similar a una peonza dentro de otra peonza mayor, envuelta en misterio. Este núcleo interno ha sido objeto de fascinación para los científicos desde que la sismóloga danesa Inge Lehmann lo descubriera en 1936, y su movimiento ha suscitado un intenso debate durante décadas. Recientemente, han surgido evidencias que indican que el giro del núcleo ha experimentado cambios drásticos.
Uno de los mayores desafíos radica en la imposibilidad de observar o tomar muestras directas del interior de la Tierra. Los sismólogos han investigado el movimiento del núcleo interno analizando cómo se comportan las ondas de grandes terremotos que atraviesan esta región. Estas variaciones en las ondas han permitido a los investigadores medir los cambios en la posición del núcleo interno y calcular su rotación. “La rotación diferencial del núcleo interno fue sugerida como fenómeno en las décadas de 1970 y 80, pero no se publicaron pruebas sismológicas hasta la década de 1990”, mencionó Lauren Waszek, profesora de Ciencias Físicas en la Universidad James Cook de Australia. Sin embargo, la interpretación de estos hallazgos ha sido compleja debido a la lejanía y a la escasez de datos disponibles.»
Un modelo propuesto en 2023 describía que el núcleo interno había girado más rápido que la Tierra en el pasado, pero actualmente lo hacía más lentamente. Según los científicos, esta desaceleración forma parte de un patrón cíclico de décadas. Estudios recientes han reforzado esta hipótesis, y una investigación publicada en junio de 2023 en la revista Nature confirma esta desaceleración y sugiere un ciclo de rotación de aproximadamente 70 años. “Creo que hemos puesto fin al debate sobre si el núcleo interno se mueve, y cuál ha sido su patrón durante las últimas dos décadas,” dijo el Dr. John Vidale, coautor del estudio.
Sumado a estas investigaciones, se ha encontrado que este desacelerado giro del núcleo interno podría influir en el campo magnético de la Tierra y, potencialmente, acortar la duración de los días de forma imperceptible para los humanos. “Aunque estos cambios de rotación se traducen en meras milésimas de segundo en la duración del día,” afirma Vidale, su impacto inmediato en nuestras vidas es mínimo. Sin embargo, los científicos continúan indagando en esta misteriosa región del planeta con la esperanza de entender mejor cómo funciona su interior profundo.»
