Fuente de la imagen: cnn.com
Nota del editor: Esta historia incluye detalles perturbadores sobre violencia sexual.
(CNN) — A los 19 años, Steve Fishman vivió una experiencia que marcaría su vida para siempre tras encontrarse con un asesino en serie. Había pedido un aventón desde Boston hasta Norwich, Connecticut, donde realizaba sus prácticas en un periódico, cuando un hombre al volante de un sedán Buick verde se detuvo y le pidió que subiera. El hombre, que se presentó como “Red”, parecía amigable con su calva salpicada de mechones rojos, pero en realidad era Robert Frederick Carr III, un asesino en serie que atacaba a jóvenes que pedían aventón.
Tres años antes, Carr había cometido atroces crímenes, violando y estrangulando a dos chicos de 11 años y a una chica de 16 en la zona de Miami. Pese a haber sido encarcelado por violación en Connecticut, se encontraba en libertad condicional. El viaje con Fishman duró 15 minutos y concluyó sin incidentes, pero fue algo que Fishman no pudo olvidar durante décadas.
Seis meses después, Carr fue arrestado nuevamente por intentar violar a alguien en Miami, confesando más tarde a los detectives que había secuestrado, violado y asesinado a varias personas. La periodista galardonada Edna Buchanan lo describió como “el hombre más malvado que conoció”. Fishman quedó perplejo al reconocer la imagen de Carr en una alerta de noticias.
Recibidos en el podcast “Smoke Screen”, Fishman y la hija de Carr, Donna, exploran las secuelas de los crímenes de Carr. Aunque el asesino murió en prisión en 2007, Donna sigue lidiando con el inquietante legado de su familia. Steve Fishman también sigue desentrañando cómo logró salir con vida del sedán de Carr y reflexiona sobre la seguridad del autostop en los años 70, algo que era considerado común y generalmente seguro.
Robert Frederick Carr III viajaba por el país debido a su trabajo como reparador de televisores y vendedor de autos, empleando esos desplazamientos para encontrar nuevas víctimas. La hija de Carr, Donna, ha vivido toda su vida afrontando el estigma y las consecuencias de los actos de su padre. Ahora, en colaboración con Fishman, busca comprender mejor esa oscura parte de su vida a través del podcast.
Fishman, quien entrevistó a Carr en la prisión, admite que sus primeras entrevistas no reflejaron el horror genuino de los crímenes. Revisar la historia años después le permite abordar el tema con mayor madurez, en parte para reconciliar su cobertura inicial con una visión más completa de la depravación de Carr.
Después de décadas de silencio, Donna encuentra en el podcast una oportunidad para procesar su trauma y hablar sobre su historia con mayor libertad, con la esperanza de que al entender más sobre su padre, pueda finalmente hallar algo de paz.