El lunes, el presidente Donald Trump llegó a Israel justo cuando Hamas liberaba a las 20 últimas personas capturadas que aún estaban vivas en Gaza, como parte de un acuerdo de alto el fuego que fue mediado en parte por Estados Unidos. La liberación de los rehenes representó un paso importante en el pacto entre Israel y Hamas, que entró en vigor el viernes. Los 20 rehenes israelíes regresaron a territorio israelí tras la liberación anticipada por Hamas en la madrugada del lunes. En compensación, autobuses con presos palestinos liberados por Israel llegaron a la ciudad de Ramallah en Cisjordania, marcando la primera de cerca de 2.000 liberaciones que se esperan en las próximas horas.
Mientras Trump caminaba por un pasillo en la Knesset, el Parlamento de Israel, un reportero le preguntó si la guerra había terminado oficialmente. Él respondió: “Sí, en lo que a mí respecta, sí.” Sin embargo, la tregua y el intercambio de prisioneros no significaron fin a la guerra, y todavía hay muchas dudas sobre qué sucederá en Gaza, incluyendo si Hamas aceptará la demanda del primer ministro Benjamin Netanyahu de desarmarse. Muchas de esas cuestiones se discutirán en una cumbre sobre el acuerdo de alto el fuego que Trump y otros líderes mundiales asistirán en Egipto más tarde ese día.
El gobierno egipcio anunció que Netanyahu asistiría a una ‘Cumbre de Paz Internacional’ en Sharm el-Sheikh, considerada como un esfuerzo por poner fin al conflicto en Gaza. Se espera la participación de más de 20 líderes mundiales, incluido Trump, quien llegará tras una breve visita a Israel. El presidente egipcio Abdel Fattah el-Sisi presidirá la cumbre junto con Trump. También se esperaba la asistencia del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, en un intento regional por involucrar a la autoridad en la estabilización de Gaza, en una reunión que ha sido muy escasa en los últimos años debido al estancamiento del proceso de paz.
Tanto en Israel como en Gaza, el inicio del alto el fuego y las liberaciones el lunes trajeron alivio tras dos años de devastación bélica. En Israel, la televisión mostró a Einav Zangauker, madre de Matan Zangauker, de 25 años, que por primera vez en dos años pudo hablar con su hijo por videollamada. Ella le dijo: “Ya no hay guerra, se acabó. ¡Vas a volver a casa!”
Pero para algunos en Gaza, el alivio se ve empañado por la tristeza, pues mucho del territorio quedó destruido. Saed Abu Aita, de 44 años, expresó que esperaba que la vuelta de los rehenes a Israel pudiera conducir al fin de la guerra. Aun así, afirmó que “no hay nada para estar feliz”, pues perdió a sus dos hijas, su casa fue destruida y su salud ha empeorado.
Hamas atacó Israel en octubre de 2023, asesinando a aproximadamente 1.200 personas y secuestrando a unos 250. En respuesta, Israel invadió Gaza, matando a unas 67,000 palestinos según las autoridades de salud en Gaza. La recuperación de los rehenes fue prioridad para Israel, que ya había logrado liberar algunos en acuerdos temporales anteriores y rescatar a unos pocos con vida por medio de operativos militares.
Por su parte, la tregua y la liberación ofrecieron esperanza de que Gaza podría volver a una vida normal. Miles de habitantes desplazados comenzaron a regresar a Gaza tras la pausa. Israel también ha permitido la entrada de alimentos, medicinas y ayuda humanitaria, a pesar de que un panel de expertos de la ONU ha declarado que algunas áreas están “obligadas a una hambruna oficial” debido a las severas restricciones.
La logística del acuerdo incluyó la retirada de las fuerzas israelíes a una nueva línea defensiva dentro de Gaza antes del viernes, abriendo una ventana de 72 horas para la liberación de rehenes. Hamas debe entregar los restos de los muertos, aunque aún no se sabe con qué rapidez. En cuanto a la ayuda humanitaria, las agencias han informado avances en la entrega de medicinas, alimentos y servicios esenciales, incluyendo la entrada de aceite de cocina por primera vez desde marzo, y la distribución de miles de comidas calientes y paquetes de pan en Gaza.
El papel de la Cruz Roja es fundamental en los intercambios, manejando el traslado y la protección de los rehenes y presos. La organización se enorgullece de su neutralidad y su trabajo diplomático invisibilizado, facilitando las operaciones de forma segura y confidencial. Sin embargo, ha sido criticada tanto por las familias de los rehenes israelíes, quienes alegan que no hizo lo suficiente para verificar su estado y facilitar su liberación, como por su falta de acceso a los prisioneros palestinos en cárceles israelíes, a quienes afirma no haber podido visitar por restricciones impuestas por Israel.
En un momento de tensión, Hamas realizó ceremonias que muchos consideran provocadoras, en un intento de mostrar poder a través de las liberaciones. Sin embargo, el presidente de la Cruz Roja, Mirjana Spoljaric Egger, expresó la esperanza de que los intercambios se consolidaran y las operaciones se realizaran con seguridad y dignidad, llamando a mantener el alto el fuego y a la reanudación de la ayuda humanitaria en toda su capacidad. La negociación y el trabajo en la sombra continúan siendo cruciales para la solución definitiva del conflicto.