El presidente Donald Trump afirmó el miércoles que ha autorizado a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a llevar a cabo operaciones en Venezuela, incrementando notablemente la presión de EE. UU. sobre el gobierno del presidente Nicolás Maduro en medio de una serie de golpes letales contra barcos sospechosos de traficar drogas en aguas del Caribe frente a la costa del país.
La autorización del gobierno estadounidense marca un aumento radical en las acciones secretas de la Casa Blanca en el régimen venezolano, en un contexto donde las tensiones crecen con una escalada en las operaciones de inteligencia y militares. La decisión llega tras un patrón de movimientos militares y policiales en la región, con un objetivo claro de desmantelar las redes de narcotráfico y presionar a Maduro para que abandone el poder.
El anuncio fue hecho por Trump en una conferencia de prensa en la Oficina Oval, donde también resaltó que las operaciones encubiertas están dirigidas a cortar los lazos de Venezuela con el narcotráfico internacional. La escalada se produce en medio de informes de que las fuerzas estadounidenses han intensificado su presencia en el Caribe y en países vecinos, con el justo objetivo de limitar la actividad de los cárteles que operan en la región.
Las decisiones secretas de la CIA incluyen el despliegue de personal adicional en el área y la autorización para acciones que podrían involucrar ataques selectivos contra las operaciones de tráfico de drogas. La Casa Blanca asegura que estas medidas son parte de una estrategia más amplia para restaurar la estabilidad y la democracia en Venezuela, y para impedir que Maduro use las aguas del Caribe para facilitar el comercio ilícito.
La comunidad internacional observa con atención estos movimientos, que también generan preocupación en algunos países vecinos y en organizaciones de derechos humanos por las posibles implicaciones para la estabilidad regional y los derechos humanos.
Hasta ahora, Caracas ha mantenido su postura de rechazar cualquier injerencia extranjera en sus asuntos internos, acusando a Estados Unidos de buscar desestabilizar el país mediante acciones secretas. Sin embargo, expertos señalan que la escalada en operaciones encubiertas puede provocar una mayor confrontación y un aumento en la tensión en la región.
Este desarrollo subraya una vez más la compleja dinámica de la política exterior estadounidense en América del Sur, donde la lucha contra el narcotráfico y la influencia de actores extranjeros se mezclan con intereses geopolíticos y de seguridad nacional. La respuesta venezolana aún no ha sido pública, pero se espera que el gobierno de Maduro refuerce sus propias operaciones de defensa y de inteligencia, en medio de esta escalada de tensiones.