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En plena temporada electoral, las acciones de hackeo dirigidas a campañas presidenciales empiezan a tomar protagonismo, generando un ambiente de incertidumbre en torno a las intenciones detrás de estos actos.
Los expertos en ciberseguridad advierten sobre los variados intereses y motivos que podrían estar impulsando estos ataques, lo que dificulta la tarea de identificar a los responsables directos.
Mientras tanto, los candidatos se enfrentan al desafío de proteger sus plataformas digitales y la información confidencial, mientras la opinión pública observa con preocupación el impacto potencial en el proceso electoral.
