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Donald Trump está reforzando un mensaje nativista y antiinmigrante en las fases finales de su tercera campaña presidencial. Su estrategia final se centra en alarmas, falsedades y estereotipos sobre los migrantes, justo cuando las encuestas muestran que su ventaja en temas económicos se está desvaneciendo.
En los últimos días, el expresidente ha sugerido que “malos genes” son la causa de delitos cometidos por personas en el país ilegalmente. También ha repetido advertencias sobre una “invasión” de migrantes y ha insinuado que el manejo de la frontera por parte de la vicepresidenta Kamala Harris evidencia que está “mentalmente incapacitada”.
Estas declaraciones forman parte de una estrategia más amplia de Trump para avivar los temores sobre la inmigración en un intento por consolidar apoyo en un momento crucial de su campaña.