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En la noche del 22 de enero de 2015, la atmosfera del Festival del Huaso de Olmué era ligera y amena, mientras el comediante Rodrigo Muñoz deleitaba a la audiencia con su ingenio. Pero detrás de su sonrisa, Muñoz cargaba la preocupación por la salud de su íntimo amigo, Pedro Lemebel, quien enfrentaba un cáncer avanzado de laringe. Lejos de rendirse, Lemebel persistía en sus proyectos creativos, colaborando activamente desde su habitación en la clínica.

A pesar de su debilitante enfermedad, el escritor y cronista se involucró profundamente en la preparación teatral de “La ciudad sin ti”, una obra basada en sus crónicas. Muñoz, junto a Claudia Pérez, visitaban regularmente a Lemebel en el hospital, recibiendo sus directrices y aportes e incluso bocetos de vestuario para la obra. Esta conexión mantenía vivo su deseo de participar activamente, simbolizando una llama que se negaba a extinguirse.

El 21 de noviembre de 2014, en su cumpleaños 62, Lemebel demostró su inquebrantable espíritu festivo. Organizó una celebración donde, con su característico humor, hizo comentarios agudos sobre sus invitados, demostrando que, a pesar del peso de la enfermedad, ni el humor ni su esencia habían quedado atrás. Juan Pablo Sutherland le obsequió una calaca como símbolo, obsequio que Lemebel rechazó, aún negándose a aceptar la cercanía de la muerte.

Para el homenaje en la Noche Macuca, Lemebel, apoyado en la fidelidad de sus amigos, desafió las restricciones médicas y asistió, experimentando un cálido reconocimiento público. La Presidenta Michelle Bachelet y otras figuras políticas se unieron a los últimos momentos del cronista, reflejando el alcance de su influencia. Lemebel falleció la madrugada del 23 de enero, dejando un legado que reverberaría en los corazones de quienes lo conocieron. Su funeral congregó a muchas personas, en una despedida que celebró su vida y su impacto cultural en la sociedad.