El reciente informe divulgados por el Banco Central, que analiza el impacto del salario mínimo en el mercado laboral, ha generado una serie de debates y críticas en torno a su metodología y a la oportunidad en que fue presentado, en medio de una coyuntura electoral. Sus autores defienden la validez de sus análisis y resaltan la relevancia del contexto temporal para las conclusiones.
El gerente de la División de Política Monetaria del Banco Central, Elías Albagli, ha salido en defensa del estudio, señalando que “esto no es un juicio normativo sobre si las políticas públicas están bien hechas, sino una explicación de cómo se comportan variables macroeconómicas en la actualidad”. Albagli enfatizó que el análisis fue realizado con rigurosidad metodológica, utilizando diversos métodos cuantitativos y cualitativos, con lo cual se busca ofrecer una visión fidedigna del escenario actual.
Uno de los puntos centrales del estudio es que el mercado laboral muestra una coyuntura particular, donde el crecimiento del salario real no refleja necesariamente una mejora en las condiciones laborales, sino que está influenciado por variables como el aumento de los salarios promedio y la disminución en las horas trabajadas y la tasa de empleo. La evaluación, basada en datos de septiembre, apunta a que no sería correcto interpretar ese aumento salarial como un signo de un mercado boyante, sino como una expresión de shocks de demanda que pueden tener implicaciones en la política monetaria.
Albagli explicó que en el contexto del informe se hizo una evaluación del comportamiento del mercado en un momento específico, pero que la estrategia de política monetaria del Banco Central en futuras decisiones podría variar dependiendo de cómo evolucione la economía. Por ejemplo, si la tendencia de crecimiento salarial se mantiene acompañada de un aumento en el consumo, pues las tasas de interés podrían necesitar ser ajustadas para evitar una inflación elevada.
Respecto a las críticas que apuntan a intereses políticos en la publicación del estudio, el gerente aclaró que el análisis no tiene un juicio sobre las políticas del actual gobierno, como el aumento del salario mínimo o la reducción de la jornada laboral, sino que simplemente busca explicar cómo estas medidas afectan variables macroeconómicas en el marco de su modelo. Además, recordó que en el pasado el Banco Central también ha emitiendo opiniones técnicas sobre otras políticas, como los retiros de fondos de pensiones, donde el impacto en la inflación fue claro y se actuó en consecuencia.
El informe, presentado en un seminario organizado por la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, fue motivo de debate, donde también participó Dante Contreras, académico de la misma institución. Contreras cuestionó la oportunidad de dar a conocer los resultados, ya que estaban disponibles desde diciembre de 2024, y consideró que la decisión de publicarlos en medio de un proceso electoral podría tener cargas políticas no explícitas.
En síntesis, el análisis del Banco Central busca ofrecer una explicación técnica y rigurosa del impacto de ciertas políticas sobre la economía, sin asumir como una postura ética o política. La discusión, señala Albagli, debe centrarse en la calidad del método y en la contextualización de los datos, dejando en claro que sus conclusiones son una herramienta de análisis y no una orientación política.