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Por un lado, una icónica cantante estadounidense que ha conquistado a millones de seguidores en todo el mundo. Por el otro, un luchador aficionado de artes marciales mixtas en Inglaterra, que también trabaja como electricista. Ambos comparten un nombre que los conecta de manera inesperada: Taylor Swift.
Para muchos, tener el mismo nombre que una celebridad de renombre puede ser un privilegio, pero para este joven peleador puede acarrear situaciones incómodas. “Desde que comencé a competir, fue inevitable que lo mencionaran en el estadio”, comenta Swift al periodista Don Riddell de CNN Sport. A la edad de 21 años, ha notado un aumento en la atención mediática tras conocerse su peculiar coincidencia.
A pesar de no ser un gran admirador de la música de Taylor Swift, las sugerencias para que utilice sus canciones en las peleas no se hacen esperar. Con apenas cuatro combates en su trayectoria, y otro programado para el próximo 8 de marzo, Swift mantiene la esperanza de alcanzar la profesionalidad y acceder a la UFC. Aunque no tiene intenciones de cambiar su nombre, confía en que eso eventualmente le atraerá patrocinadores y está dispuesto a aprender lo que pueda de su homónima, sobre todo en cuanto a enfrentar al público.