Irán y sus aliados fracasaron el viernes en un intento desesperado de impedir que se vuelvan a imponer sanciones globales que habían sido levantadas como parte del acuerdo nuclear de 2015. La resolución del Consejo de Seguridad de la ONU fue rechazada en una votación que buscaba extender el plazo para la reimposición de dichas sanciones, lo que representa un nuevo capítulo en la tensión entre Irán y la comunidad internacional. La administración de Trump se negó a respaldar la extensión, y su postura, junto con la falta de consenso en el consejo, dejó a Irán sin la opción de frenar la reactivación de las sanciones.
El Consejo de Seguridad, dominado por países occidentales, votó en contra de la resolución que buscaba extender el plazo para que Irán pudiera evitar la reimposición de las sanciones internacionales. Esta decisión marca el fin de un esfuerzo conjunto para mantener el acuerdo nuclear, que Washington abandonó en 2018, y que ahora, bajo la administración de Biden, intenta ser restaurado. La reimposición de sanciones tendrá implicaciones significativas en la economía iraní y en sus relaciones con países occidentales.
Desde el punto de vista de Estados Unidos y sus aliados, la decisión busca presionar a Irán para que cumpla con ciertos requisitos del acuerdo nuclear y limite su programa de misiles y actividades relacionadas con su industria nuclear. Irán, por su parte, ha advertido que tomará medidas de represalia y que no volverá a negociar bajo presión.