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Asumir el papel de presentador en el Festival de Viña del Mar puede ser uno de los roles más expuestos para un chileno durante la última semana de febrero de cada año. Este año, la responsabilidad recayó en Karen Doggenweiler y Rafael Araneda, quienes, por primera vez juntos, representaron un enfoque tradicional de la televisión chilena para liderar el evento más popular del país.
Los presentadores se enfrentaron a una semana de intensas emociones en la Quinta Vergara: desde el polémico fracaso del comediante venezolano George Harris, hasta la inédita entrega de la Gaviota de Platino para Myriam Hernández, un apagón nacional que obligó a postergar una noche del evento, y una serie de coanimadores que los apoyaron con diversa fortuna. Todos estos factores, sumados al juicio constante de la audiencia, mantuvieron a los presentadores atentos a cada detalle.
En una entrevista con Culto, Doggenweiler y Araneda reflexionaron sobre sus experiencias en el Festival. Doggenweiler expresó sentirse cómoda y segura en su nuevo papel, mientras que Araneda destacó los cambios significativos en el formato del espectáculo, apuntando a decisiones que mejoraron la experiencia para los televidentes y asistentes. Ambos descartaron que el desafortunado incidente con George Harris se debiera a la xenofobia, afirmando que el público le había brindado una oportunidad genuina para tener éxito.
