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Stephen Graham, el actor británico, se sintió inquieto al leer informes sobre el aumento de la violencia con cuchillos entre adolescentes en su país. Convencido de que estos crímenes reflejaban problemas más profundos en la sociedad, decidió crear “Adolescencia”, una miniserie que recientemente llegó a Netflix y ha captado el interés del público. La trama se inicia con el arresto de Jamie Miller, un chico de 13 años, sospechoso de haber cometido un asesinato la noche anterior, y explora el impacto de este evento desde su familia hasta la sociedad en general.
La producción, en la que Graham también participa como protagonista, narra cómo Eddie Miller, el padre de Jamie, descubre los detalles del crimen simultáneamente con los espectadores. La serie examina las reacciones de los amigos de Jamie, incluida una tensa conversación con una psicóloga, y el impacto de su encarcelamiento en su entorno más cercano. Querían evitar clichés habituales en retratos familiares: Eddie y su esposa, Manda, son padres comunes, sin historias sombrías que justifiquen el comportamiento de su hijo. Esto permite explorar cómo los jóvenes se enfrentan a influencias perniciosas en un entorno digital.
Una de las características distintivas de “Adolescencia” es la técnica de grabación continua en cada episodio, una elección deliberada para transmitir la urgencia de la narrativa. Graham y su equipo llevaron a cabo un proceso de filmación meticuloso, comenzando con intensos ensayos, integrando movimientos de cámara, y concluyendo con rodaje continuo. Esta táctica, aunque complicada, se ha reflejado en una serie que ya se posiciona como uno de los grandes estrenos de 2025 en el servicio de streaming. Los temas explorados y el enfoque singular prometen continuar la conversación sobre la influencia de la tecnología y las relaciones familiares en el comportamiento adolescente.