La atleta profesional Anna Kalinskaya, exnúmero 11 del mundo en la WTA, ha revelado detalles preocupantes sobre la conducta del tenista danés Holger Rune, quien habría enviado múltiples mensajes con claras intenciones de contacto que ella nunca expresó interés en responder. La deportista, mediante una entrevista, explicó cómo Rune le escribió aproximadamente diez veces consecutivas, hasta que aparentemente se rindió, sin obtener ninguna respuesta.
Kalinskaya detalló que inicialmente prefería no nombrar a ninguno de los involucrados, pero posteriormente confirmó que el destinatario de esas insistentes comunicaciones era el jugador noruego Holger Rune. En su relato, la tenista expresó su asombro por la persistencia del deportista, señalando: “Me envió mensajes en varias ocasiones, y solo desistió cuando vio que no iba a responder.”
Al ser consultada sobre la motivación de Rune, la tenista comentó: “Le escribe a todas, se cree demasiado y tiene mucha confianza en sí mismo. Le expliqué que soy mayor, que no me interesaba, y que además estoy en pareja. No le pareció, y por eso siguió intentando contactarme.”
Cuando le preguntaron si le parecía que Rune estaba desesperado, ella respondió con contundencia: “¿Quién está tan desesperado como para escribir diez veces? Eso demuestra que está muy confiado y desesperado, aunque no es el único así. Solo quería dejar en claro que no me interesa esa actitud.”
La protagonista también reveló que la actitud del jugador noruego no solo fue insistente, sino que también reflejaba una actitud de arrogancia y confianza excesiva, a pesar de no tener interés en ningún tipo de relación. Kalinskaya afirmó que le respondió que era demasiado mayor para él y que si Rune revisara su perfil de Instagram, entendería que tiene una pareja, lo cual, según ella, no pareció importarle.
En respuesta a estas afirmaciones, Holger Rune salió a dar su versión en la plataforma X (antes Twitter), atribuyendo la situación a diferencias culturales. El tenista número 11 de la ATP escribió: “Quizá nuestras diferencias culturales hacen que Anna interprete un comentario en una historia de Instagram como una invitación a salir. Si quisiera una cita, sería directo. No hay problema.” Rune además añadió que en su cultura no es común enviar mensajes insistentes y que su intención no es molestar, sino simplemente expresarse con claridad.
La polémica ha generado opiniones divididas en el mundo del tenis, con seguidores y expertos analizando la conducta de Rune y la respuesta de Kalinskaya. La exnúmero 11 de la WTA afirmó que, aunque el incidente la sorprendió, prefiere mantener el foco en su carrera y en su bienestar emocional, dejando en claro que no tolera actitudes invasivas o persistentes.
La situación alcanza mayor relevancia en un contexto donde las figuras públicas, especialmente en el deporte, están cada vez más expuestas a la opinión pública y a las redes sociales, donde la conducta personal puede ser juzgada y evaluada en cuestión de minutos. Este caso recuerda la importancia del respeto y la comunicación adecuada en las relaciones profesionales y personales, independientemente de las diferencias culturales o de expectativas sociales.
Por su parte, Holger Rune se ha mostrado conciliador y ha señalado su intención de aclarar cualquier malentendido, reafirmando que en su cultura apela a la honestidad y la comunicación directa para evitar confusiones. Ambos deportistas continúan enfocados en sus respectivas carreras, pero este episodio sirvió para poner sobre la mesa temas relacionados con el acoso, el respeto mutuo y las diferencias culturales que pueden influir en la percepción de las acciones de cada uno.
