El internet en gran parte de Afganistán dejó de funcionar el lunes, a medida que aumentaban las preocupaciones de que los líderes duros del Talibán en el poder intentaran desconectar a los afganos entre sí y del mundo exterior.
El país “se encuentra ahora en medio de un apagón total de internet,” con las redes desconectadas “de manera progresiva,” según un comunicado de NetBlocks, un grupo vigilante que monitorea las caídas de internet, que además advirtió que los servicios telefónicos también habían sido afectados.
La nación enfrenta “una interrupción completa del acceso a internet,” en una cadena de desconexiones en etapas, afirma el informe, el cual señala que esta situación se ha desarrollado en medio de una escalada en la represión y posibles restricciones por parte de las autoridades talibanes, quienes buscan limitar la comunicación y el flujo de información. La medida podría tener impactos profundos en la vida cotidiana, la educación, la economía y la participación política de los afganos, especialmente de las mujeres y niñas que dependen en gran medida del internet para continuar sus actividades educativas y sociales.
La interrupción del internet también afecta a los comunicados internacionales y organizaciones de derechos humanos, que han expresado su inquietud por la escalada en las restricciones informativas. La decisión parece estar en línea con las denuncias recientes de que el régimen talibán busca consolidar su control a través de medidas drásticas y limitadas en el acceso a la información.
Según informes, las desconexiones se han producido en un contexto de tensiones internas, amenazas y acciones represivas contra periodistas, activistas y ciudadanos que intentan mantener viva la comunicación y la difusión de información en el país. La comunidad internacional ha pedido una explicación sobre la magnitud de estas restricciones, y varias naciones han exhortado a los talibanes a respetar los derechos básicos de acceso a la información.
En el plano humanitario, la caída del internet agrava aún más la crisis, dificultando la coordinación de ayuda, la información sobre la situación de las personas desplazadas y la movilización de recursos para aliviar el sufrimiento de la población. La comunidad afgana, en particular las mujeres que buscan acceso a la educación y la participación en la vida pública, se encuentra cada vez más aislada y vulnerable debido a estas acciones de censura y bloqueo digital.
El apagón digital refleja la intención del régimen talibán de controlar todos los aspectos de la vida en Afganistán, cerrando canales de comunicación con el exterior y limitando la disensión interna. La comunidad internacional sigue vigilando de cerca la situación y evalúa las opciones para presionar a los líderes talibanes en favor del respeto a los derechos humanos y la reanudación del acceso a la información para toda la población afgana.