La orden de prisión preventiva en contra del alcalde Jadue, ha generado una serie de reacciones y respaldos por parte del Partido Comunista (PC), incluyendo la presencia de adherentes y militantes afuera de los tribunales. Esta situación ha sido considerada por algunos expertos como un intento de acumular fuerzas internas dentro del PC, mientras que otros ven en ello una estrategia para instalar la idea de “persecución” como un “hito político” que refuerza la empatía por el sector.
La imputación de Jadue, en el contexto de las próximas elecciones municipales y presidenciales, suscita también reflexiones sobre el impacto que puede tener en la comuna de Recoleta y en las aspiraciones políticas del PC. A pesar de que Jadue no podía ir a la reelección, la continuidad del PC en la comuna dependerá de cómo se transmita el relato que la colectividad levante a sus votantes.
En medio de esta tensión, las acusaciones de persecución y las críticas a la “desproporcionalidad” de la medida cautelar otorgada a Jadue, demuestran la complejidad del escenario político que rodea al alcalde de Recoleta y al Partido Comunista. La defensa a ultranza por parte del PC, las declaraciones de sus autoridades y el respaldo de la militancia, dan cuenta de un momento crucial que podría marcar un antes y un después en la política chilena.