En la tarde del 9 de octubre de 2025, en Jerusalén, a la 1:00 p.m., hora local, se reportó un avance significativo en el conflicto entre Israel y Hamas. Tras meses de tensiones y negociaciones mediadas por países como Egipto, Qatar y Estados Unidos, las partes lograron un acuerdo preliminar que podría marcar el inicio de un cese al fuego duradero, brindando alivio a las familias de rehenes israelíes y a los dos millones de palestinos en Gaza.
El acuerdo contempla, en su fase inicial, un intercambio de rehenes israelíes por prisioneros palestinos, tras una intensa presión internacional y la mediación por parte del presidente estadounidense Donald Trump, quien afirmó que podría viajar a la región este mismo fin de semana. Aunque los detalles del acuerdo son escasos, se prometió al menos un alto el fuego, si no un fin definitivo del conflicto, que ha causado destrucción masiva en Gaza, debilitado militarmente a Hamas y agotado a Israel, además de aislar internacionalmente a su gobierno y estimular un aumento preocupante en la violencia antisemita en todo el planeta.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu anunció que convocaría a su gabinete para aprobar formalmente el acuerdo, y las fuerzas armadas expresaron su apoyo, preparando los operativos necesarios para la recuperación de los rehenes y la transición a líneas de despliegue más seguras. Netanyahu expresó con esperanza: “Con la ayuda de Dios, los llevaremos a todos a casa”.
Mientras tanto, Hamas declaró que el acuerdo conduciría al fin de la guerra en Gaza y a la retirada de Israel del territorio. Es importante señalar que, en Gaza, donde la escasez de alimentos, agua y medicinas ha llegado a niveles de hambruna según la OMS, los trabajadores humanitarios esperan comenzar rápidamente a suministrar ayuda. Los países mediadores también indicaron que el acuerdo permitirá la entrada de ayuda humanitaria en Gaza, facilitando la distribución de alimentos y medicinas que han sido duramente afectados por el bloqueo israelí y los combates.
El acuerdo fue recibido con esperanza por la población palestina en Gaza, aunque muchos expresaron incertidumbre sobre los detalles y el futuro, especialmente en relación con la posible desmovilización de Hamas y la gobernanza del territorio. Algunas voces, como la de Awni Sami Abu Hasera, un desplazado que vive en una tienda de campaña en Deir al Balah, manifestaron que, aunque sienten esperanza, aún no comprenden completamente el acuerdo y advierten que, incluso si el conflicto cesa, la vida en Gaza de por sí sigue siendo extremadamente difícil; muchos planean abandonar el enclave apenas las fronteras se abran.
Por otro lado, líderes internacionales celebraron el acuerdo. Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina, expresó su esperanza de que este paso conduzca a una solución política definitiva basada en las fronteras de 1967 con Jerusalén Este como su capital. Benedicto Netanyahu, por su parte, calificó el acuerdo como un éxito diplomático y una victoria moral para Israel, agradeciendo a Trump por su apoyo incansable.
El secretario general de la ONU, António Guterres, manifestó que la organización apoya plenamente el acuerdo y se compromete a colaborar en la implementación de los componentes humanitarios, insistiendo en que todos los rehenes deben ser liberados de manera digna y que un cese permanente del fuego es imprescindible para avanzar.
Estados Unidos pretende aprovechar esta oportunidad para proyectos de reconstrucción en Gaza y establecer un diálogo entre Israel y Palestina que pueda conducir a una coexistencia pacífica y próspera, aunque aún no se aclaran todas las condiciones y etapas del proceso de paz. La negativa de Hamas a desarmarse sigue siendo uno de los principales obstáculos, junto con las dudas sobre la gobernanza definitiva de Gaza y la posible disolución del control de Hamas sobre el enclave.
En resumen, aunque los acontecimientos generan optimismo, el camino hacia una paz duradera en la región sigue siendo incierto. La comunidad internacional continuará monitoreando los desarrollos, mientras que las fuerzas israelíes mantienen su presencia en Gaza y preparan su operación para la recuperación de los rehenes. La reconciliación y la resolución definitiva del conflicto aún están pendientes, pero este acuerdo representa un paso importante hacia la reducción de la violencia y la creación de una esperanza real de paz en la zona.