El presidente Trump respondió tras el acuerdo de Hamas de liberar a los rehenes israelíes, dejando en claro que quiere negociar otros aspectos del plan propuesto por él hace una semana. La declaración de Hamas, publicada en internet el viernes por la noche, fue ambigua en su lenguaje y no abordó temas específicos. El grupo dijo que liberaría a los rehenes “según la fórmula de intercambio contenida en la propuesta del presidente Trump, y cuando se cumplan las condiciones en el terreno para el intercambio”. Sin embargo, no quedó claro qué entendían exactamente por condiciones en el terreno ni si tenían un calendario para liberar a los rehenes.
La declaración también afirmó que el grupo acordaba “entregar la administración de la Franja de Gaza a un órgano palestino de tecnócratas independientes, basado en consenso nacional palestino y apoyo árabe e islámico”. No estaba claro en ese lenguaje si Hamas había aceptado la stipulación en la propuesta que exigía que el grupo dejara de ejercer poder político en Gaza en el futuro, o si veía un lugar para sí mismo o sus miembros en ese órgano.
Hamas no respondió a la oferta de amnistía para sus miembros que se comprometan a la coexistencia. La declaración dejó en claro que Hamas desea jugar un papel en el debate sobre el futuro del pueblo palestino. Dijo que quería que exista un debate entre los palestinos sobre temas “relacionados con el futuro de la Franja de Gaza y los derechos inherentes del pueblo palestino” y que Hamas sería parte de esa discusión y contribuiría de manera responsable.
Mientras tanto, en las redes sociales, Trump pidió a Israel que deje de bombardear Gaza y anunció que ya están en marcha negociaciones adicionales. “Con base en la declaración recién emitida por Hamas, creo que están listos para una PAZ duradera”, escribió Trump. “Israel debe detener de inmediato el bombardeo de Gaza, para que podamos sacar a los rehenes de manera segura y rápida. En este momento, es demasiado peligroso. Ya estamos en discusiones sobre los detalles a resolver. No se trata solo de Gaza, sino de lograr una PAZ de larga data en Oriente Medio.”
El plan, que fue desarrollado con asesoramiento de Tony Blair, ex primer ministro británico, y ha sido respaldado por Estados Unidos, establece que Gaza se transformará en un enclave gobernado por un comité palestino tecnocrático, sin vínculos políticos con Hamas, en el que se incluirá un Consejo de Paz presidido por Trump. Hamas, que ha gobernado Gaza desde 2007, sería desarmado y sus miembros que opten por una coexistencia pacífica recibirían amnistía. Los líderes del grupo que quieran abandonar Gaza tendrían pase seguro para exiliarse.
Se planea también el despliegue de una fuerza internacional en Gaza que entrenaría a la policía palestina, buscando garantizar seguridad a largo plazo. Sin embargo, aún hay muchas preguntas abiertas: quién dirigirá este consejo, cómo se tratarán los militantes que se nieguen a desarmarse y quién integrará la fuerza internacional.
La viabilidad del acuerdo depende en gran medida de la voluntad de Hamas, que ha expresado resistencia a aceptar entregas de armas o disolución de sus milicias. Aunque algunos de sus líderes han indicado en privado cierta disposición a considerar un acuerdo que implique un “salida digna” de la guerra, muchos dentro del grupo consideran que aceptar el plan sería un suicidio político, pues rechazarlo sería parecer justificar la continuación del conflicto. La postura de Hamas varía, y algunos líderes se oponen rotundamente, mientras otros muestran más flexibilidad.
Por su parte, Netanyahu, primer ministro israelí, ha manifestado el apoyo inicial al plan, pero la decisión final recae en la dirigencia de Hamas. La negociación en Qatar de los líderes palestinos y mediadores árabes será crucial para determinar si la propuesta puede avanzar. La presión internacional continúa, con países como Qatar y Egipto participando activamente en las conversaciones y mediaciones.
Trump, en su estrategia, busca también presionar a Netanyahu a aceptar el plan, ofreciéndose a gestionar sus objeciones y acompañando cada paso del proceso diplomático. La aceptación o rechazo de Hamas podría definir si el conflicto se resuelve rápidamente o se extiende aún más, con riesgos de una escalada mayor.
Este proceso, que involucró a Jared Kushner y a otros actores internacionales, busca cerrar un capítulo de guerra en Gaza, estableciendo una visión de paz en un escenario complejo y lleno de desafíos.