El mercado laboral chileno continúa siendo un eje central en la agenda política y económica del país, especialmente en un contexto marcado por una persistente tasa de desempleo que supera el 8%, la escasa creación de empleos y las recientes evaluaciones del Banco Central sobre los efectos de las políticas públicas en la economía activa. Un reciente estudio elaborado por la Facultad de Economía de la Universidad Diego Portales, que analiza la base de datos anual del Seguro de Cesantía, ofrece una visión detallada y actualizada sobre la estructura del empleo formal en Chile, contribuyendo a enriquecer el debate público en torno a la sólida desigualdad y distribución del trabajo en el país. El informe revela que cerca del 47% de los empleos formales están concentrados en empresas de más de 200 empleados, que además concentran los salarios más altos y tienen una influencia significativa en el mercado laboral.\n\nEste análisis es particularmente relevante en un contexto en el que, desde el inicio del actual gobierno, se ha evidenciado una caída en las cifras de empleo formal, con unas 90 mil plazas perdidas en abril y aproximadamente 140 mil en mayo, cifras que se ubican en el menor nivel desde la pandemia, según datos del INE. La creación interanual de nuevos puestos de trabajo en este segmento ha sido la más baja de los últimos años, situación que ha despertado preocupación tanto en la esfera política como en la social. La discusión se intensifica aún más tras la publicación de un informe del Banco Central, donde se señala que las recientes reformas legislativas podrían estar elevando los costos laborales y frena la generación de nuevos empleos, especialmente en sectores con alta intensidad laboral y en medio de las disrupciones tecnológicas.\n\nEl estudio de la UDP detalla que, al cierre del primer trimestre de 2025, la mayoría del empleo formal se distribuye en diversas escalas de tamaño empresarial. La proporción que ocupa las empresas de más de 200 empleados alcanza un 47.6%, lo que representa una leve alza respecto a 2024 y una de las cifras más altas observadas desde 2012. En cifras, esto equivale a aproximadamente 2.4 millones de personas de un total de 5.1 millones de cotizantes en el Seguro de Cesantía en marzo. De este total, las empresas con más de mil trabajadores concentran a cerca de 1.4 millones de asalariados, representando un 27.25% del empleo en ese segmento, porcentaje que ha ido en aumento en comparación con años anteriores. Las firmas de entre 200 y 1.000 empleados mantienen un 20.4% del total, mientras que las microempresas, con entre 1 y 5 trabajadores, explican aproximadamente el 11.8% del empleo formal.\n\nRespecto a la distribución sectorial del empleo formal, el comercio lidera con un 16%, seguido por los servicios administrativos (11.8%), la construcción (9.9%) y la industria manufacturera (8.8%). Sin embargo, ha habido cambios notables en estos rubros; particularmente en manufactura, que en 2011 representaba el 10.5% del total, pero que en años recientes ha ido perdiendo relevancia, en línea con las crisis sectoriales. La construcción, por su parte, ha visto reducir su participación desde niveles de doble dígito a cifras por debajo del 10%, enfrentando un escenario de recesión y crisis.\n\nEl análisis de los salarios revela también matices importantes. En empresas de más de 200 y menos de 1.000 empleados, la mediana del sueldo alcanza aproximadamente 1.03 millones de pesos, reflejando un aumento anual del 9.3% en términos nominales. Mientras tanto, las compañías de mayor tamaño, con más de 1.000 empleados, muestran una mediana de casi 1 millón de pesos, con un incremento del 5.3%, y en las microempresas, con menos de 10 trabajadores, el ingreso mediano se ubica en torno a 638 mil pesos, con un crecimiento cercano al 11%. Sectorialmente, la minería destaca como la rama de mayor salario, con una mediana de aproximadamente 3.075.000 pesos, seguida por el suministro de electricidad, gas y aire acondicionado, con más de 2.2 millones de pesos.\n\nUn dato particularmente relevante es la concentrada presencia de personas que ganan el salario mínimo en microempresas. La tendencia muestra que en 2011, la mitad de los empleados formales con sueldo mínimo estaban en firmas pequeñas, pero en 2025 este porcentaje ha aumentado hasta aproximadamente el 64%. La concentración en estas pequeñas firmas evidencia que la política de aumentos del salario mínimo impacta, en mayor medida, a los empleadores de menor tamaño, lo cual puede tener implicancias en la sostenibilidad de estas microempresas y en la posibilidad de mantener los puestos de trabajo. Expertos advierten que incrementos sustanciales del salario mínimo, sin mejoras en productividad, podrían derivar en la reducción de la contratación o incluso en el cierre de microemprendimientos, afectando sobre todo a los empleos de bajos niveles de calificación. La concentración de trabajadores con sueldo mínimo en microempresas también refuerza la percepción de desigualdad en el mercado laboral, donde las empresas grandes ofrecen salarios mucho más elevados y atinan a perfiles laborales más especializados.
Este análisis detallado del mapa laboral revela que el mercado de trabajo chileno aún presenta desafíos sustanciales. La predominancia de la microempresa en la generación de empleo con salarios bajos, junto con la dispersión sectorial y la influencia de las políticas laborales en los costos y salarios, indica la necesidad de un enfoque integral y sustentable para promover un empleo de calidad, reducir las desigualdades y fortalecer la productividad. La evidencia empírica entregada por la UDP configura un panorama que invita a reflexionar sobre las políticas de incentivo al desarrollo de las pequeñas y microempresas, así como la urgente revisión de los mecanismos de protección social y salarial en el país.