Este 2025 marca un hito importante en las relaciones internacionales en América Latina, ya que se cumplen 55 años del establecimiento formal de vínculos diplomáticos entre la República Popular China y Chile. La historia de esta amistad comenzó en 1970, cuando los líderes de ambos países, enfrentando los desafíos de la Guerra Fría, decidieron abrir un camino de cooperación que, con el tiempo, se ha convertido en un ejemplo de éxitos mutuos y de una sólida relación basada en principios de igualdad, respeto y beneficio compartido.
La decisión de Chile de ser el primer país en América Latina en reconocer a China como nación con relaciones diplomáticas fue un acto de visión estratégica. Desde entonces, ambos países han avanzado en múltiples ámbitos, superando obstáculos históricos y fortaleciendo una alianza que refleja los intereses y valores comunes en una comunidad internacional basada en la igualdad y la soberanía.
Uno de los pilares de esta relación ha sido la confianza y el respeto mutuo, alimentados por experiencias compartidas de colonialismo y hegemonía que marcaron la historia de ambos. China y Chile reivindican la importancia de mantener relaciones internacionales con una agenda multilateralista, promoviendo la democratización de la política global y defendiendo los derechos de los países en desarrollo. La política de una sola China, actualmente seguida por los gobiernos chilenos, refleja un apoyo firme a principios de soberanía y reconocimiento mutuo, que ha generado un consenso social amplio en Chile.
En el plano económico, el compromiso con la cooperación ha sido ejemplar. Chile fue pionero en firmar un acuerdo de adhesión de China a la Organización Mundial del Comercio, además de reconocer su estatus como economía de mercado y establecer un tratado de libre comercio con China, cuyo impacto ha sido decisivo. El comercio bilateral ha experimentado un crecimiento promedio anual del 12.2% desde entonces, posicionando a China como el principal socio comercial de Chile durante más de una década, siendo destino número uno para exportaciones de minerales como cobre y litio, así como productos agrícolas como cerezas y carne de cerdo.
Chile ha aprovechado esta relación para convertirse en un puente estratégico en la región latinoamericana, promoviendo sus intereses en iniciativas regionales y globales, como la iniciativa “Franja y Ruta”, y liderando proyectos conjuntos en infraestructura, energía, salud y tecnología. Ejemplos de ello incluyen líneas del metro, proyectos de energías renovables, cables submarinos y mallas eléctricas. Además, la colaboración en áreas como la protección ecológica, la prevención de desastres, la innovación tecnológica, los derechos humanos y las políticas de género, refuerzan la multidimensionalidad de esta alianza.
El intercambio cultural también ha sido clave en la profundización de los lazos, con una historia que remonta a pioneros como Salvador Allende, Pablo Neruda y José Venturelli, quienes promovieron en la década de 1950 el primer organismo de amistad entre China y Latinoamérica. La cercanía entre las civilizaciones antiguas de ambos países, su respeto mutuo por la naturaleza y sus tradiciones, han alimentado una interacción cultural vibrante. La percepción de China como “el gran hermano” por parte de figuras emblemáticas chilenas refleja el afecto y la estima mutua. También destaca la reciprocidad de movimientos, como la exención de visas a chilenos desde 2025, facilitando el intercambio directo y el conocimiento de una China cada vez más diversa y multidimensional.
El embajador de China en Chile, Niu Qingbao, subraya que el apoyo de varias generaciones de líderes y la participación activa de todos los sectores políticos y sociales han sido fundamentales para mantener este vínculo en marcha. El compromiso de ambos gobiernos es avanzar en una relación que privilegie el respeto mutuo, la cooperación en múltiples niveles y la consolidación de una base social sólida para el futuro.
En un escenario global marcado por la hegemonía, el proteccionismo y los desafíos del cambio climático y el desarrollo desigual, China y Chile están alineados en la búsqueda de caminos que aseguren un crecimiento con mayor igualdad, sostenibilidad y seguridad. Ambos países trabajan en fortalecer una relación que trascienda lo económico, promoviendo el diálogo, el entendimiento y la cooperación sur-sur, en un espíritu de comunidad de destino compartido para toda la humanidad.
