La dirigencia del club Universidad de Chile ha elevado su voz en contra de la planificación de partidos establecida por la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP). El director de Azul Azul, Aldo Marín, expresó su molestia y preocupación por la serie de encuentros distribuidos en un período muy ajustado, que afecta tanto a la logística como al rendimiento del equipo.
Según Marín, la programación de partidos para la próxima temporada muestra una clara falta de consideración hacia las necesidades del club y la preparación de sus jugadores. La U deberá enfrentarse a Palestino en un partido programado para el lunes 13 de octubre a las 16:00 horas, y apenas días después, el 26 del mismo mes, tendrá que disputar el esperado Clásico contra la Universidad Católica en el estadio del Claro Arena. Lo que agrava aún más la situación es que, en medio de estas fechas, la Universidad de Chile tiene pendiente una eliminatoria de la Copa Sudamericana contra Lanús, lo que genera un calendario extremadamente exigente.
El gerente deportivo del club acusó que esta planificación implica disputar cuatro partidos en solo 17 días, una situación que genera complicaciones internas y provoca roces en el vestuario y en el staff técnico. La falta de coordinación en la programación, además, no contempla cambios en los horarios ni en los recintos de juego, lo que ha causado incomodidad y preocupación en el plantel.
Aldo Marín también criticó la poca consideración de la ANFP al no facilitar un descanso adecuado entre partidos de alta carga, lo que puede poner en riesgo la salud y la recuperación de los jugadores. En sus declaraciones, afirmó: “Partido con Palestino un lunes en la tarde, no quieren que juguemos en el Estadio Nacional para la semifinal de la Copa, y además, quieren que juguemos en menos de 72 horas el clásico, justo después del partido de ida en la Sudamericana con Lanús. Es una situación que afecta claramente el rendimiento del equipo”.
El directivo añadió que esta tendencia de planificación solo favorece a otros intereses y que, de alguna forma, solo consideran los plazos para los partidos importantes, dejando de lado la salud y el rendimiento de los jugadores. “Nos están esquivando la realidad y solo se preocupan de que todo quede bien en una foto, cuando en la práctica estamos pagando el precio”, expresó Marín.
A pesar de estas dificultades, la U ha asegurado que continuará luchando para obtener cambios en la programación contractual en bloque, ya que consideran que la situación actual es injusta y perjudicial para la competencia. Marín finalizó con un mensaje de resistencia y determinación, reafirmando: “Vamos La U, contra todo y contra todos”.
Este conflicto abierto revela las tensiones que existen entre los clubes y la organización del fútbol chileno, evidenciando la necesidad de una planificación que considere las realidades de los equipos y cuide su salud física y mental en pro de una competencia más justa y equilibrada.