KYIV — Estados Unidos está evaluando conceder la petición del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky para la venta de misiles de crucero Tomahawk, y permitir que Kyiv ataque profundamente en territorio ruso, confirmó el fin de semana el enviado especial del presidente Donald Trump para Ucrania y Rusia.
El presidente Trump aún no ha tomado una decisión final respecto a la venta de estas armas, que podrían alcanzar hasta 2,4 kilómetros dentro de Rusia, incluyendo Moscú, y que aumentarían significativamente la capacidad de Ucrania para realizar ataques de largo alcance.
Este posible apoyo militar ha generado controversia y preocupación tanto en Washington como en Moscú, ya que podría escalar aún más el conflicto en el este de Europa. La administración estadounidense está sopesando los riesgos y beneficios de proveer estos misiles, considerando que su uso podría alterar el delicado equilibrio de poder en la región.
El envío de misiles Tomahawk, que tienen alcance de al menos 1,500 millas (unos 2,400 kilómetros), permitiría a Ucrania impactar objetivos en Rusia con mayor precisión y en tiempos más cortos, lo que podría cambiar la dinámica de la guerra y presionar aún más a Moscú.
La decisión todavía no ha sido comunicada oficialmente, pero fuentes dentro del gobierno estadounidense sugieren que la evaluación continúa y que la venta podría llegar a concretarse en las próximas semanas, dependiendo de las deliberaciones internas y las presiones políticas.
Este movimiento refleja un cambio potencial en la política de ayuda militar estadounidense en Ucrania, que hasta ahora se ha centrado en suministrar armas defensivas. La posibilidad de otorgar misiles de largo alcance marca un giro hacia apoyo ofensivo más directo.
La Casa Blanca y el Pentágono no han ofrecido comentarios públicos sobre el tema, pero expertos en seguridad indican que la aprobación de esta venta sería un mensaje claro de respaldo a Kiev en su lucha contra Rusia, y una advertencia para Moscú de que Washington está dispuesto a ampliar su intervención en la guerra.
Mientras tanto, en Ucrania, Zelensky y sus aliados en el gobierno buscan asegurar una mayor asistencia militar para salvaguardar la integridad territorial y fortalecer la posición en negociaciones futuras. La posible adquisición de misiles Tomahawk también aumenta la tensión con Rusia, que ha advertido que cualquier suministro de estos armas sería considerado una escalada y una amenaza directa a su seguridad.
La evaluación final en Washington sigue en curso, pero las señales indican que la administración podría dar luz verde a la venta si las condiciones políticas y estratégicas se alinean correctamente. La comunidad internacional observa con atención si este apoyo será formalizado en las próximas semanas, lo que podría marcar un cambio significativo en la postura estadounidense respecto al conflicto en Ucrania y Rusia.
