El sector comercial en Chile enfrenta una realidad marcada por el incremento en la inseguridad y sus costos asociados, según muestra el último informe de victimización elaborado por la Cámara Nacional de Comercio (CNC). Aunque la tasa de victimización promedio en el país disminuyó ligeramente al 60,4% en el primer semestre de 2025 desde el 61,5% del semestre anterior, las cifras en las regiones y en ciertos rubros muestran un preocupante aumento de la vulnerabilidad de los comercios.
La zona de Valparaíso y Viña del Mar lidera nuevamente con una tasa del 71,9%, consolidándose como la región con mayor incidencia delictiva en el sector comercio. En contraste, regiones como Antofagasta experimentaron una mejoría, disminuyendo a un 54,8%. Sin embargo, el análisis por rubros evidencia una tendencia alarmante: los departamentos, supermercados y farmacias alcanzaron un nivel de victimización del 87,5%, la cifra más alta en comparación con otros espacios comerciales.
Las estadísticas también reflejan cómo la inseguridad transforma las dinámicas operativas, ya que los gastos en seguridad han subido del 54% al 72% en comparación con la medición del semestre previo. Esta escalada en los costos destinados a proteger los locales indica una tendencia en la que las empresas, tanto grandes como pequeñas, priorizan la seguridad en sus presupuestos, en un contexto donde las políticas públicas parecen no ofrecer resultados contundentes o incentivos económicos efectivos.
“Esto significa que los negocios están destinando cada vez más recursos a la seguridad, sin que existan mecanismos claros de apoyo, lo cual genera una doble afectación: por un lado, aumenta el costo de operar; por otro, limita las inversiones, frena la innovación y genera una disminución en la creación de empleos,” señala José Pakomio, presidente de la CNC.
El informe destaca que la percepción de impunidad y la desconfianza en las instituciones también alimentan la problemática. Un 58,2% de los afectados por delitos no denuncia, y aquellos que sí presentan denuncias, en un 78,4% no obtienen ningún resultado. Esta desafección fomenta un círculo vicioso, donde la falta de reporte limita la acción de las autoridades, intensificando la sensación de vulnerabilidad y la recurrencia de los ilícitos.
En cuanto a los tipos de delitos, las tiendas por departamento, supermercados y farmacias muestran las tasas más elevadas, aumentando del 82,6% al 87,5%. La percepción es que estos espacios, considerados esenciales en la rutina de la ciudadanía, se han convertido en frecuentados por la delincuencia, afectando también la sensación de seguridad en las ciudades.
El sector también informa un incremento en los gastos en seguridad, que impactan directamente en los costos operativos de los negocios, obligando a muchas empresas a elevar sus presupuestos para protección, con la consecuente repercusión en sus precios y, por ende, en los costos de vida de los consumidores.
Por otra parte, los rubros hoteleros, restaurantes y otros minoristas también evidencian niveles de victimización relevantes, con un 60,4% y un 58,5% respectivamente. En medio de este escenario, la baja en denuncias resulta preocupante, puesto que un 58,2% de las víctimas no realiza el trámite ante las autoridades, y entre quienes denuncian, la mayoría no recibe respuesta alguna, perpetuando la sensación de impotencia ante la delincuencia.
La CNC advierte que esta tendencia pone en riesgo el crecimiento económico y el empleo formal, pues la inseguridad y los costos asociados frenan la inversión y limitan la expansión de los negocios. En este contexto, el sector insiste en la necesidad urgente de políticas públicas eficientes y de mecanismos de apoyo al sector empresarial para enfrentar de manera conjunta la problemática de la delincuencia en el comercio, promoviendo un entorno más seguro y competitivo para todos.