Tanto Israel como Hamas han respaldado el plan de paz del presidente Donald Trump para liberar a todos los rehenes israelíes, pero permanecen diferencias clave sobre cómo retirar las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) de Gaza. Ambas partes han manifestado su disposición para dialogar, pero todavía persisten obstáculos en sus posiciones y existe una posibilidad significativa de que la frágil tregua se rompa.
Los mensajes provenientes de los líderes de Hamas y de Israel, sumados a lo que israelíes llaman una ‘reducción’ en los bombardeos para facilitar el primer paso de la propuesta de Trump, sugieren que ambas partes están bajo una presión mayor que en meses recientes para alcanzar un alto el fuego. Sin embargo, todavía existen diferencias sustanciales y riesgos de que la delicada distensión se deshaga.
La historia de los esfuerzos de paz en Gaza ha estado marcada por colapsos. En marzo, Israel rompió el último alto el fuego acusando a Hamas de no negociar de buena fe, lo que llevó a una campaña militar intensificada y a un asedio de dos meses que incrementó las muertes por inanición y fue calificado por analistas como una hambruna provocada por el hombre.
En declaraciones recientes, Hamas y otros líderes palestinos han presentado condiciones diversas para la liberación de los rehenes, y aún no hay un acuerdo firme. Según un funcionario árabe con conocimiento de las discusiones, algunos líderes de Hamas y otros grupos de resistencia palestina han comparado la propuesta, creada sin su input por Estados Unidos e Israel, con una rendición.
Antes de que Hamas hiciera su aceptación condicional de la propuesta de Trump el viernes, dirigentes moderados del grupo, como Khaled Mashal y Mousa Abu Marzouk, llamaron a dar una oportunidad a las negociaciones, buscando evitar un estancamiento. Además, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan prometió a Khalil al-Hayya, líder de Hamas, que sus puntos de vista serían adecuadamente representados en las conversaciones.
Desde la perspectiva israelí, el primer ministro Benjamin Netanyahu ha reiterado que la condición fundamental es que Hamas libere a todos los rehenes y que las fuerzas armadas israelíes permanezcan ‘profundamente dentro del territorios de Gaza’ hasta garantizar otras demandas, incluyendo la desmilitarización total del enclave y la seguridad en la región. Netanyahu ha señalado que, a pesar de los avances, el grupo todavía no cumple con estas condiciones y la situación sigue siendo muy frágil.
Asimismo, un funcionario israelí anónimo indicó que Israel solo aceptaría retirar sus tropas, tras la liberación de todos los rehenes y un proceso que incluiría una línea de separación ‘amarilla’ en Gaza, que Israel consideró como un límite interno en el acuerdo, y que futuros pasos, que incluyen una retirada definitiva y una ruta hacia un estado palestino unido, serían discutidos en negociaciones.
El primer ministro Netanyahu ha expresado su esperanza de lograr un acuerdo en unos días, permitiendo la liberación de todos los rehenes. Sin embargo, la situación en Gaza continúa siendo tensa. La fuerza israelí sigue en posición defensiva, y funcionarios como Mahmoud Basal, portavoz de la Defensa Civil en Gaza, advirtieron a la población que no intente desplazarse hacia zonas controladas por Israel, donde los bombardeos siguen en curso y los servicios de emergencia no alcanzan.
Este lunes, se espera que las negociaciones puedan comenzar para definir detalles específicos del acuerdo, en medio de una situación que parece estar en un delicado equilibrio. La comunidad internacional observa con cautela, consciente de que cualquier paso en falso podría desencadenar una escalada mayor y poner en peligro la frágil esperanza de una paz duradera en la región.
