ROMA — Una de las aliadas más firmes del presidente Donald Trump, la primera ministra italiana Giorgia Meloni, asumió el cargo en 2022 como una de las figuras más vocales en apoyo a Israel en Europa. Sin embargo, con el escenario político cambiando, ella ha enviado un buque de guerra italiano para ayudar a una flotilla que intenta romper el bloqueo israelí en Gaza.
La respuesta sin precedentes —en la que también participa España, que anunció que enviaría una nave— es más matizada de lo que aparentan las apariencias. Meloni ha criticado duramente a la misma flotilla a la que la Marina italiana se apresura a auxiliar, calificándola de “gratuita, peligrosa e irresponsable”. También ha adoptado una postura mucho más cautelosa respecto a reconocer un Estado Palestino que países como Francia, Reino Unido y otros que lo hicieron en la última semana. Pero la decisión, antes impensable, de enviar el buque de guerra italiano, sugiere hasta qué punto el conflicto en Oriente Medio está envolviendo la política doméstica en Europa y poniendo en posiciones incómodas a sus líderes.
Meloni ha dicho que no se contempla el uso de la fuerza militar por parte de la Marina italiana, pero que ayudarán con rescates y asistencia según sea necesario. Sin embargo, la medida sitúa a la conservadora Meloni en una difícil posición, ya que respalda a figuras de la flotilla, incluyendo a la activista climática sueca Greta Thunberg, quienes son repudiadas por la base del primer ministro. Francia y otros países que han criticado más enérgicamente a Israel que Italia también han solicitado que Italia brinde ayuda a sus ciudadanos si fuera necesario.
El movimiento por parte de Roma llega en un contexto donde la opinión pública italiana está cada vez más indignada por la sangrienta situación en Gaza, una postura que Meloni parece haber tomado muy en serio, ya que ha ido aumentando su crítica a Israel. El lunes, decenas de miles de manifestantes salieron a las calles en diversas ciudades italianas, interrumpiendo transporte, bloqueando puertos y cerrando escuelas en una acción masiva en apoyo a Gaza.
La flotilla en cuestión, que transporta a cientos de activistas, abogados y parlamentarios —incluidos legisladores italianos— partió en agosto, siguiendo una estrategia de larga data entre los partidarios de Palestina en Gaza. Ha incluido barcos que parten del puerto italiano de Génova. La reacción italiana, la cual se intensificó tras un ataque con drones en el que presuntamente participaron actores desconocidos, llevó al gobierno a sentirse obligado a intervenir.
Según un alto funcionario del gobierno italiano que habló bajo condición de anonimato para discutir las deliberaciones internas, la fragata no servirá como “protector”, sino que simplemente ayudará en tareas de rescate y asistencia. La autoridad advirtió que los miembros de la flotilla serían arrestados por Israel si continuaban en su curso (como ocurrió en un intento similar en junio). Tras el ataque con drones, el gobierno consideró que debía intervenir para evitar mayores complicaciones.
“Se trata de intervenir en defensa de nuestros ciudadanos, no de un acto de provocación o guerra. Es el deber del Estado proteger a sus habitantes,” afirmó Crosetto en una declaración ante el Parlamento.
El movimiento por parte de Italia llega en un momento en que la postura del gobierno frente a la guerra en Gaza despierta polémica y tensión política, y refleja el alcance que tiene el conflicto en nuestro tiempo, poniendo a los líderes europeos en decisiones difíciles. Mientras tanto, la flotilla continúa su travesía, y las tensiones en la región permanecen altas, con la crisis humanitaria en Gaza intensificándose y generando debates internacionales sobre la respuesta y la responsabilidad del mundo.
