El primer ministro laborista anunció que todos los trabajadores en Reino Unido deberán tener una tarjeta de identificación digital, una nueva herramienta para combatir la migración ilegal en medio de un aumento en la resistencia global contra los inmigrantes, promovida por políticos nacionalistas y a menudo de tendencia derecha.
El gobierno firmó un acuerdo para implementar un sistema de identificación digital que todos los empleados deberán portar, con el objetivo de verificar y regular el empleo de migrantes y otros trabajadores extranjeros. La medida busca hacer más transparente y controlada la actividad laboral, facilitando la detección de empleadores que contratan ilegítimamente a migrantes sin permisos adecuados.
El premier expresó que esta iniciativa forma parte de las políticas para fortalecer la seguridad y la integridad del mercado laboral británico, además de reducir el empleo clandestino. La propuesta surge en un contexto donde las tasas de inmigración han incrementado y algunos sectores económicos, como la construcción y la hostelería, se ven afectados por la presencia de trabajadores sin documentación regular.
A pesar de las críticas que ha recibido por parte de algunos sindicatos y organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes, que argumentan que la medida puede generar discriminación y complicar la integración, el gobierno sostiene que la identificación digital será una medida sencilla y segura para los empleadores y trabajadores.
El gobierno también busca vincular este sistema con otras políticas de control migratorio, incluyendo la obligación de presentar la tarjeta en las inspecciones laborales y en los procesos de renovación de permisos de trabajo. La implementación sería gradual, comenzando con ciertos sectores y ampliándose en los próximos años.
El anuncio llega en medio de una tendencia creciente hacia medidas más restrictivas contra los inmigrantes en varias naciones europeas y en Estados Unidos, donde la presión por asegurar las fronteras y el empleo ha llevado a fortalecer las regulaciones y la vigilancia en el mercado laboral.
Expertos advierten que, si bien la identificación digital puede ayudar a reducir el trabajo clandestino, también puede generar cargas administrativas excesivas para las pequeñas empresas y afectar a los migrantes vulnerables, quienes podrían verse excluidos o enfrentar obstáculos para acceder a empleos legítimos.
En conclusión, el plan del Reino Unido de establecer una identificación digital obligatoria refleja una política de endurecimiento en materia migratoria y laboral, con el objetivo de prevenir empleos ilegales, pero también plantea riesgos en términos de discriminación y derechos humanos, generando un debate sobre la mejor estrategia para gestionar la inmigración y la economía en un escenario global cada vez más restringido.
