En una entrevista reciente, el destacado exdirigente del fútbol chileno, Ricardo Abumohor, compartió detalles inéditos sobre los esfuerzos realizados para conformar la selección nacional en los años previos a su clasificación a grandes competencias. Entre sus declaraciones, destacó un capítulo interesante respecto a Manuel Pellegrini, uno de los entrenadores más reconocidos de Latinoamérica.
Abumohor, quien fuera presidente de O’Higgins de Rancagua, aclaró que Pellegrini tuvo una oportunidad concreta de dirigir a la Selección Chilena en la década de los 90, específicamente en el proceso previo a la clasificación al Mundial de Francia 1998. Según el dirigente, el propio entrenador decidió no aceptar la oferta, una decisión que generó distintas interpretaciones en el entorno del fútbol nacional.
El contexto en ese momento era intenso. Tras la partida del entrenador Xavier Azkargorta, que había llevado a Chile a la clasificación para el Mundial de 1998, la dirigencia buscaba un reemplazo que pudiera mantener el nivel competitivo. En esa búsqueda, nombres como Jorge Socías y Nelson Acosta ingresaron en la lista de candidatos. Sin embargo, la opción de Pellegrini se consideró por su visión a largo plazo.
Abumohor explicó que en esas conversaciones, tanto Pellegrini como Socías expresaron interés en un proyecto de planificación a cuatro años, pero existía un problema: Chile requería resultados inmediatos y no un proceso extendido. La necesidad de estabilizar y obtener resultados rápidamente empujó a otros a priorizar soluciones a corto plazo.
“Hablamos con tres técnicos: Jorge Socías, Manuel Pellegrini y Nelson Acosta. Tanto Pellegrini como Socías manifestaron que su plan era a largo plazo, pero en ese momento, el país necesitaba una inyección inmediata de resultados,” afirmó el exdirigente.
Lo que motivó la decisión final fue la percepción de que Pellegrini buscaba construir un proyecto a futuro, algo que la administración de ese entonces consideró incompatible con las urgencias del momento. La necesidad de respuestas rápidas llevó a que se optara por Nelson Acosta, quien en ese entonces tenía condiciones para afrontar el desafío con mayor carácter de urgencia.
“El país estaba en una situación desesperada, con una exigencia máxima. La opción de Pellegrini, que quería empezar desde cero y con una visión a largo plazo, no encajaba con esa realidad. Entonces, decidimos apostar por Nelson, quien era el único con la experiencia y las condiciones para cumplir con esas expectativas inmediatas,” agregó Abumohor.
El dirigente también compartió que, en ese momento, Pellegrini expresó su confianza en que podría lograr la clasificación a la próxima edición del Mundial si se le daba la oportunidad. Sin embargo, la decisión final fue confiar en Nelson Acosta, quien se convirtió en un ícono del fútbol chileno por su trabajo en esa etapa.
Finalmente, Nelson Acosta asumió el liderazgo de la selección y, tras arduos esfuerzos, logró la clasificación, dejando una huella imborrable en la historia del fútbol chileno. La decisión de Abumohor y su equipo se ha interpretado como una apuesta por la experiencia y la capacidad de respuesta inmediata en un momento crítico.
En definitiva, este capítulo revela la complejidad de las decisiones en la gestión deportiva y cómo, en ocasiones, las urgencias y la visión a largo plazo entran en conflicto. La historia de Pellegrini y Chile en los 90’ ejemplifica cómo el fútbol es también una cuestión de contextos y decisiones estratégicas que marcan el rumbo de las carreras y de los ciclos deportivos del país.