Iryna Zarutska, una joven de 23 años originaria de Ucrania, fue víctima de un ataque mortal en un tren ligero de Charlotte, Estados Unidos. Zarutska, que se encontraba en el tren después de una larga jornada, tomó un asiento en una fila vacía, en frente de un hombre llamado Decarlos Brown, de 34 años, quien minutos antes había mostrado comportamiento errático y estaba en crisis mental. Sin saberlo, ella se convirtió en la víctima de un brutal acto de violencia.
El incidente ocurrió en la estación de Scaleybark, ubicada a unos pocos kilómetros del centro de Charlotte, cuando Brown, que había sido liberado recientemente tras cumplir una condena por delitos graves y además enfrentaba problemas de salud mental, sacó un cuchillo y apuñaló a Zarutska en varias ocasiones. La joven trató de protegerse sujetándose la cara y la garganta, pero fue en vano. Los pasajeros que estaban en el tren intentaron ayudarla, pero Zarutska perdió la vida en el lugar debido a sus heridas.
Brown, que fue arrestado en el acto, ha sido acusado de homicidio en primer grado. La investigación revela que tiene un largo historial criminal, incluyendo condenas por robo a mano armada, hurto y entrada forzada, y también presenta antecedentes de trastornos mentales. La familia de Brown indica que sufría de esquizofrenia y había tenido episodios de paranoia y agresividad, los cuales habían sido motivo de atención médica y problemas en su entorno familiar.
El ataque fue captado en un vídeo obtenido por CNN, que muestra a Brown actuando de manera inquieta y nerviosa en el tren, antes de que cometiera el crimen. La comunidad sigue impactada por la brutalidad del acto y por la situación mental del agresor, quien en su última llamada a las autoridades afirmó que le habían implantado un chip para controlar sus acciones. Para sus familiares, la tragedia también refleja las fallas del sistema judicial y de salud mental, pues Brown había sido liberado tras cumplir una condena, a pesar de sus problemas de salud mental.
Zarutska había llegado a Estados Unidos en agosto de 2022, huyendo de la guerra en Ucrania. Había estudiado arte y restauración en Kyiv, y era conocida por su talento artístico y su amor por los animales, ya que ayudaba a cuidar a las mascotas de sus vecinos. Ella soñaba con ser asistente veterinaria y estaba comenzando a dar pasos hacia la independencia, incluso aprendiendo a manejar. Sin embargo, su vida en Charlotte fue brutalmente truncada por un acto de violencia inesperado.
Su familia en Ucrania expresó su profundo dolor y tristeza. Habían escapado de la guerra en su país natal para buscar una vida segura y pacífica en Estados Unidos, y ahora enfrentan la pérdida de una joven llena de sueños y talento. Su hermana, Tracey Brown, comentó que su hermano, quien fue el agresor, había sufrido una crisis mental que parecía fuera de su control, y que en el pasado había tenido episodios de violencia incluso hacia ella. Brown había pasado más de cinco años en prisión, y después de su salida, sus comportamientos se volvieron aún más impredecibles.
La comunidad de Charlotte y las autoridades locales lamentan profundamente la muerte de Zarutska y llaman a una revisión de los mecanismos de atención y seguimiento a personas con problemas de salud mental, además de reforzar la seguridad en el sistema de transporte público. La historia de Zarutska nos recuerda la vulnerabilidad de las personas que huyen de conflictos y la importancia de mejorar los sistemas de protección y apoyo psicológico.
Este trágico acontecimiento también ha sido aprovechado por políticos y la administración federal en Estados Unidos para argumentar a favor del despliegue de tropas federales en las ciudades consideradas inseguras, y para resaltar la necesidad de mantener el orden y la ley en todo el país. El presidente Donald Trump, en su red social Truth Social, afirmó que solo los republicanos pueden garantizar la ley y el orden, calificando a Brown como un “criminal de carrera”.
La comunidad de Charlotte y familiares de Zarutska exigen justicia y una mayor atención a los problemas de salud mental, y continúan luto por una vida que fue truncada por la violencia y la falta de apoyo adecuado.