El martes, Israel llevó a cabo un ataque dirigido a los líderes de Hamas en Doha, la capital de Qatar, en medio de las negociaciones para mediar un acuerdo para terminar la guerra en Gaza. Las explosiones en la mañana destrozaron lo que el Ministerio del Interior de Qatar afirmó era una ‘residencia de Hamas’. Aunque el ataque no logró eliminar a los líderes principales de Hamas, incluyendo a Khalil al-Hayya, una figura central en la organización, sí mató a su hijo y a un alto ayudante, según afirmó Hamas en un comunicado.
La administración de Donald Trump crítico en términos severos la operación israelí. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, expresó que ‘este bombardeo unilateral dentro de Qatar, una nación soberana y aliada cercana de Estados Unidos, que está trabajando arduamente y asumiendo riesgos con nosotros para mediar en la paz, no ayuda a avanzar ni los objetivos de Israel ni los de Estados Unidos.’ La portavoz explicó que la Casa Blanca fue informada del ataque por el ejército estadounidense, pero Qatar afirmó que la advertencia llegó cuando la operación ya estaba en curso, lo que generó narrativas confusas sobre la información compartida previamente.
Qatar, que alberga la base militar estadounidense más grande en la región, ha sido un mediador clave en las negociaciones entre Israel y Hamas y ha permitido que líderes políticos de Hamas mantengan oficinas en Qatar. En los días recientes, países árabes, incluido Qatar, han presionado a Hamas para que acepte una nueva propuesta de alto el fuego de EE. UU. La operación militar en suelo qatarí podría alterar el equilibrio diplomático, poniendo en riesgo tanto el proceso de alto el fuego como los acuerdos para la liberación de rehenes, según analistas.
Varios líderes europeos y regionales condenaron enérgicamente el ataque israelí en Doha. El primer ministro británico, Keir Starmer, calificó las acciones de Israel como ‘una violación de la soberanía de Qatar y un riesgo de escalada aún mayor en la región’, mientras que el ministro de Relaciones Exteriores de Bélgica, Maxime Prévot, deploró la violación de la integridad territorial del país. El canciller de Kuwait, Ahmed Nasser Al-Mohammed, expresó que ‘Hamas es una organización terrorista que debemos combatir, pero no hay solución militar a este conflicto’. Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Noruega, Espen Barth Eide, calificó el ataque como una ‘seria violación del derecho internacional’ que podría dificultar aún más lograr un alto el fuego en Gaza.
Desde Gaza, la población refirió que la mayoría de los residentes de Gaza City se han negado a abandonar sus hogares, a pesar de la orden de evacuación emitida por las fuerzas israelíes, que avanzan en su campaña para tomar la ciudad. La declaración en la ciudad más grande de Gaza siguió a semanas de ataques y a una declaración de hambruna por parte de autoridades internacionales, debido a las restricciones israelíes sobre alimentos, agua y atención médica. La Oficina de Naciones Unidas reportó que más del 80% de Gaza está bajo órdenes de desplazamiento o en zonas militares cerradas, dejando a las comunidades en áreas delimitadas con recursos mínimos y precios elevados por tiendas de campaña y terrenos vacíos.
El Ministerio de Salud de Gaza informó que en las últimas 24 horas, 83 personas fueron fallecidas y 223 resultaron heridas. Desde el inicio del conflicto, las fuerzas israelíes han matado a más de 64,600 personas y herido a 163,300, con cifras que probablemente subestiman la realidad debido a los cadáveres atrapados bajo los escombros. Además, cerca de 400 personas, entre ellas 140 niños, han muerto de hambre en los últimos meses.
Mientras tanto, el secretario de Defensa de Israel, Eyal Zamir, advirtió que Israel podría dirigirse a líderes de Hamas en otros países, y manifestó que ‘la operación en Doha fue completamente independiente’. Desde Gaza, las familias de rehenes expresaron su profunda preocupación por el impacto de las acciones israelíes. La madre de Matan Zangauker, un rehén, afirmó que ‘el primer ministro probablemente ha condenado la vida de mi hijo’. Un grupo que representa a la mayoría de las familias de rehenes advirtió que la situación empeora y urge que se acaben con los combates para lograr traer de regreso a los rehenes. El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que su país tomó la iniciativa para atacar a altos mandos Hamas en Doha, en una operación considerada por él como ‘totalmente independiente’ de Estados Unidos, aunque expertos sugieren que la operación pudo haberse aprobado en coordinación con Washington debido a la presencia de bases militares estadounidenses en Qatar y la complejidad diplomática en la región.
En respuesta, países árabes como Emiratos Árabes Unidos y Kuwait condenaron enérgicamente el ataque, llamándolo una ‘violación flagrante’ del derecho internacional y una ‘sentencia de muerte’ para los rehenes, y prometieron apoyar a Qatar en sus esfuerzos por mantener la estabilidad regional. La tensión en la región continúa en aumento, mientras la comunidad internacional pide calma y busca evitar una escalada mayor en la crisis en Gaza y la región del Golfo.