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La ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, comunicó la decisión de retrasar la introducción del proyecto que busca el aborto libre. Este anuncio generó opiniones encontradas entre los parlamentarios, con los oficialistas calificando el aplazamiento como el incumplimiento de una promesa clave del gobierno, mientras que los opositores estimaron que no era un asunto prioritario.
El cardenal Fernando Chomalí expresó satisfacción con el retraso, describiéndolo como “un gran regalo”. Sin tardar, la ministra Orellana replicó en frases tajantes que las decisiones del gobierno no se basan en los deseos de figuras religiosas. Además, destacó que la mayoría de la población está en contra de criminalizar el aborto, lo cual intensificó las reacciones tanto dentro como fuera del parlamento.
Las opiniones sobre el proyecto son variadas. Parlamentarios del oficialismo, como la diputada Lorena Fries, llaman a debatir el tema no solo políticamente sino también socialmente, resaltando el crecimiento del apoyo al aborto por plazo. Diputados como Ana María Bravo del partido socialista subrayan la urgencia de abordar el tema debido a la existencia de abortos clandestinos que ponen en riesgo la vida de las mujeres. En contraste, desde la oposición, figuras como Camila Flores y Eduardo Durán de Renovación Nacional consideran que la iniciativa no debe avanzarse, argumentando que generaría división y no refleja las prioridades reales de las ciudadanas.
El intercambio también incluyó la polémica entre la ministra y el cardenal, criticada por algunos como una falta de respeto institucional. A pesar de las diferentes posturas, es evidente la polarización sobre este tema, que parece seguir generando debate durante el período extendido antes de su posible presentación en marzo.