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La allulosa es una forma poco común de azúcar identificada por primera vez en las hojas de trigo en la década de 1940. Sin embargo, su uso y estudio fueron limitados hasta los años 90, cuando Ken Izumori, profesor en la Facultad de Agricultura de la Universidad de Kagawa en Japón, hizo un descubrimiento clave. Izumori halló un microorganismo en el suelo cercano a la universidad que podía convertir la fructosa en allulosa, gracias a una enzima. Tras 20-30 años de investigación, la allulosa ha comenzado a ganar popularidad como edulcorante o alternativa al azúcar, especialmente en Estados Unidos y Corea del Sur, donde su uso ha sido aprobado comercialmente.
La allulosa, también conocida como D-allulosa y D-psicosa, sigue siendo rara porque se encuentra en pequeñas cantidades en alimentos como higos, pasas, kiwis, trigo, jarabe de arce y melaza. Se dice que tiene alrededor del 70% de la dulzura del azúcar convencional pero solo el 10% de sus calorías. De hecho, es común encontrarla anunciada como sin calorías, ideal para controlar el peso o beneficiosa para personas con diabetes tipo 2. No obstante, ¿respalda la evidencia científica estas afirmaciones?
El organismo regulador de Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), ha aprobado el uso de la allulosa en alimentos como “generalmente reconocida como segura”. Sin embargo, la Unión Europea, Canadá y otros países la consideran un alimento novedoso que aún debe ser evaluado adecuadamente en cuanto a seguridad. Por tanto, los científicos continúan evaluando los efectos de la allulosa en el cuerpo humano. Estudios recientes muestran que el organismo absorbe la allulosa, pero no la metaboliza, lo que significa que podría ser efectivamente libre de glucosa y calorías.
La allulosa no produce caries como lo haría el azúcar y no eleva los niveles de azúcar en sangre, lo que podría convertirla en una alternativa ideal para las personas con diabetes tipo 2. Sin embargo, se necesita más evidencia de estudios clínicos más amplios para confirmar estos beneficios. Pese a esto, algunas afirmaciones deben ser tomadas con cautela, ya que el consumo en grandes cantidades de allulosa puede causar malestares estomacales. Aunque considerada natural, esto no implica necesariamente que sea completamente saludable, similar a otros azúcares como la sacarosa derivada de la caña o remolacha.